Una perdida sin duda muy muy dolorosa tanto para su familia como para los amigos, vecinos y todos aquellos que conocían a Diamar. Sacrifico muchas cosas para financiar la pizzeria, hoy lamentablemente semicerrada, solo abierto los viernes y los sábados y sólo para encargar y recoger en un año donde debería haber celebrado su 30 aniversario pues se abrió en 1992, casi dos años antes de que yo naciera.
Consejera de muchas personas, entre ellas yo, las futuras generaciones no conocerán a Diamar más allá de las historias que cuenten los adultos,los que si pudieron conocerla.
Y también la historia de Esteban, y del tío Batiste y incluso de Emilio José. Tres personas igual de importantes en Llosa de Ranes como Diamar. Pero ella les había superado y con creces.
El día en que yo tenga una familia posiblemente nombre a una de mis hijas Diamar, en honor a esa grande no, grandisima mujer y que ojalá sea igual o incluso más valiente que la Diamar original. Y les contaré su historia, eso de hecho le había dicho a la propia Diamar, que le honraria si perdiera la batalla, que por desgracia sucedió.
Mucho me queda aún por hacer antes de formar familia, pero el compromiso está ahí.
Dos años han pasado y mientras más o menos las cosas están volviendo a la normalidad de antes, no lo será totalmente, tanto para los que por el Covid nos dejaron como por otras enfermedades como la propia Diamar.
Hemos perdido a bastante gente. Después de Diamar se fue Minguino en cuanto a gente que conozco. Un año más tarde de hecho, el 1 de Junio del año pasado. Un año ya sin el entrañable vecino de mi abuela.
A todos ellos paz en su memoria. Sobretodo Diamar, siempre en nuestra memoria.
